17.2.10

Trabajo Parcial 1: Ensayo “El Actuar Ético en la era digital”

El Actuar Ético en la era digital







Día a día nos encontramos inmersos en una realidad plagada de información, segundo a segundo somos inundados con noticias, acontecimientos, descubrimientos, resultados de investigaciones; la información se encuentra, en cuestión de segundos, a la mano de todo aquel que tenga acceso a los medios de comunicación, principalmente internet, en el cual podemos encontrar desde medios calificados y acreditados para la difusión de información como son las cadenas televisivas, periódicos, estaciones de radio, etc., hasta los espacios personales donde cualquier individuo puede publicar la información a la que tiene acceso, como son los blogs, espacios, comunidades virtuales, pero ¿Quién regula la información publicada en internet? Existen grandes debates acerca de cómo buscar información confiable en Internet, técnicas para la búsqueda de información, guías y hasta manuales, pero ¿Qué sucedería si durante nuestra formación como estudiantes y profesionistas se nos inculcará una educación ética, una educación en valores, de respeto no sólo hacia los autores de la información que manejaremos, sino también de respeto a quienes en lo sucesivo nos leerán? A continuación abordaremos la ética desde la perspectiva de la educación en valores.







La Ética Contemporánea



La ética y el estudio de la ética han existido desde tiempos inmemoriales, como menciona Hidalgo (1994, citado en Buendía y Berrocal) la ética hace referencia a «todas las normas y prácticas morales que en el mundo han sido desde los tiempos prehistóricos (el período de la eticidad de la costumbre, en expresión de Nietzsche) hasta nuestros días»; siendo profesada por grandes pensadores como Platón y Aristóteles, permaneciendo en la conciencia (o subconsciencia) social. La Ética, como menciona The Center for Applied Ethics (2005, p.1), “se refiere al conjunto de estándares de comportamiento que nos indica a nosotros como seres humanos cómo deberíamos actuar en las diversas situaciones que podemos enfrentar como amigos, padres, niños, ciudadanos, gente de negocios, profesores, profesionales, etc.” los valores, considerados la base del actuar ético, son trasmitidos durante la infancia, pero estos permanecen, se moldean y arraigan durante la vida del ser humano. En algunas sociedades se considera que es deber sólo de la familia el formar personas con principios éticos, sin embargo el entorno social, los maestros, compañeros, amigos, etc. repercuten en la formación y el actuar de las personas, ya sea positiva o negativamente; el ser humano es producto del entorno social en que es criado, en que vive.



Actualmente, a partir de algunos desastres naturales o no naturales, como terremotos, inundaciones, guerras, atentados, etc., se han creado campañas de educación en valores, se habla de una concientización ética global, lo cual coincide con lo que menciona Ayala (2005) en su artículo Valores y Normas Éticas, “Los valores son universales. Es decir, que existe un conjunto de valores que son comunes a todos los hombres y a lo largo y ancho del mundo. Lo que diferencia a unos hombres de otros es la mayor o menor intensidad que con que los viven”, pero si consideramos que somos producto del entorno social en que crecimos y vivimos, la intensidad con que cada persona viva los valores puede tener su origen en la profundidad con que fueron inculcados estos durante la infancia, entonces para incrementar la intensidad con que son vividos los valores, se deberá volver a la infancia, a la educación y la formación social, se debe apostar por una educación en Valores.







La Ética en la Educación



“La educación abre las puertas del futuro” es una de las variadas frases con las que se les inculca a los niños que deben estudiar para destacar, aprender números, formulas, fechas históricas, textos, nombres científicos; muchas instituciones han hecho hincapié en la formación de alumnos excelentes, destacados que puedan memorizar textos completos, capaces de presentarse en competencias de conocimientos a nivel nacional y ganar, dejando de lado la formación del alumnos a través de los valores como el respeto y la tolerancia; Edgar Morín (1999), en su libro Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, nos habla de la misión espiritual de la educación, la cual radica en “enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”, es esta misión espiritual la que se ha dejado de lado en la formación, el alumno es instado a competir por un número, en ocasiones sin importar el cómo se obtuvo, porque en realidad está compitiendo por reconocimiento; se confía a los padres la total tarea de inculcar la diferencia entre lo que está bien y que está mal, sin considerar que es la escuela un factor social que interviene en la formación del estudiante y en su percepción del bien y mal. Entonces, ¿corresponde a las instituciones educativas inculcar la ética y los valores en los estudiantes? Más allá de inculcarla, tarea que en su gran mayoría cumplen los padres, corresponde a las instituciones educativas fortalecerla y reforzarla, corresponde no sólo indicar al estudiante que está cometiendo una falta, sino además concientizarlo de las repercusiones sociales y morales de dicha falta; esta la concientización puede ser a través de sanciones numéricas, es decir, el alumno está compitiendo por una calificación numérica, si el profesor relaciona las alta notas con acciones ética y a la inversa bajas notas con acciones no éticas, poco a poco el estudiantado aceptará esta acción y aunque continúe compitiendo por un número, este número se encontrara relacionad con un actuar ético. Es esta concientización ética y moral la que a la larga generará en profesionistas éticos y de calidad.







La Ética Profesional



Recurrimos a profesionistas de una disciplina confiando en su profesionalismo, en su compromiso de realizar bien su trabajo; consultamos los resultados de una investigación fiándonos de que los resultados no han sido manipulados a la conveniencia del autor, asumimos la existencia y puesta en práctica de la ética Profesional, pero esta, a pesar de que cada disciplina cuenta con un código ético, no es siempre puesta en práctica, al respecto, la Sociedad Mexicana de Psicología (2009), dentro del Código Ético del Psicólogo hace hincapié en que:



Toda profesión debe preocuparse por definir las normas éticas que regulen las actividades de sus practicantes, con el fin de asegurar que los conocimientos propios de la disciplina sean aplicados por profesionales calificados, competentes y responsables humana y socialmente y, de esta manera, preservar el bienestar del individuo, de la sociedad y de su entorno (p. 7).



Sin embargo a pesar de los códigos éticos que rigen cada profesión, profesionales e investigadores incurren en faltas éticas dentro de sus actividades o publicaciones; Rojas, R. (1992) dice que la falta de una verdadera formación como científicos conduce a muchos individuos a apropiarse de ideas, información o aportaciones de diversos autores sin citar a éstos ni mencionar el nombre del título del libro o artículo correspondiente; esto haciendo referencia al gran número de plagios encontrados en textos académicos y publicaciones científicas. Es quizá el plagio el mayor problema ético de nuestra sociedad actual, pero no el plagio como tal, si no la frecuencia con que se presenta y la poca penalización y seguimiento que se le da, tanto a nivel escolar y profesional.







Buendía y Berrocal (2001) afirman que existen tres tipos de plagio:



a) Copiar literalmente un trabajo de investigación de otros colegas y presentarlo como propio.



b) Utilizar trozos de textos o citas de otros autores sin citarlo.



c) Usar la propiedad intelectual de un autor, sin su permiso expreso.







Como un medio para contrarrestar el plagio y proteger los derechos de autor de este tipo de prácticas y para cualquier manipulación de la información, se creó hace ya un par de siglos el Copyright, sin embargo al raíz del surgimiento y auge de las comunidades virtuales y los medios colaborativos, este término ha generado otro similar llamado Copyleft, el cual consiste en un “grupo de licencias cuyo objetivo es garantizar que cada persona que recibe una copia de una obra pueda a su vez usar, modificar y redistribuir el propio trabajo y las versiones derivadas del mismo. Unas veces se permite el uso comercial de dichos trabajos y en otras ocasiones no, dependiendo que derechos quiera ceder el autor” este tipo de licencias no sólo protege al autor, sino que a la vez fomenta la cultura de la colaboración y el respeto hacia el autor, el alumnos, investigador y usuario en general puede hacer uso de la información siempre y cuando mencione la fuente. El conocimiento de este tipo de herramientas puede contribuir en el desarrollo de una conciencia ética en el alumno y futuro investigador.







En conclusión, todo ser humano tiene una responsabilidad ética, hacia la familia, y la sociedad, inculcando valores, sirviendo como ejemplos de acciones éticas y en lo profesional, sobre todo en el caso de aquellos que fungen como profesores, la responsabilidad de formar individuos con conciencia ética; Rojas, R. (1992) propone, y coincidimos con él, que “los docentes debemos hacer que los estudiantes conozcan la gravedad de dicho fenómeno a fin de que esta práctica bastante frecuente se destierre poco a poco de nuestro país”. Sólo desterrando este tipo de prácticas y reforzando la ética en nuestros estudiantes







Bibliografia



1. Ayala, M. J. (2005). Valores y Normas Éticas. Recuperado el 15 de febrero de 2010 de http://www.bu.edu/wcp/Papers/Valu/ValuAyal.htm.



2. Buendía, L. y Berrocal, E. (2001). Ética en la Investigación Educativa. Recuperado el 12 de febrero de 2010 de http://www.uhu.es/agora/version01/digital/numeros/01/01-articulos/miscelanea/buendia.PDF



3. Center for Applied Ethics. (2005). Frame work for thinking ethically. Recuperado el 12 de febrero de 2010 de http://www.scu.edu/ethics/practicing/decision/framework.html



4. Fundación Copyleft (2010). ¿Qué es Copyleft? Recuperado el 15 de febrero de 2010 de http://fundacioncopyleft.org/es



5. Edgar Morín, “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”,



Correo de la UNESCO, 1999



6. Rojas Soriano, Raúl, “Formación de investigadores educativos”, Edit. Plaza y Valdés, México 1992



7. Sociedad Mexicana de Psicología (2007). Código Ético del Psicólogo (4ª ed.) México, D.F. Ed. Trillas.



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